miércoles, 24 de febrero de 2010

Mucha nieve, pocas ideas

Normalmente me siento a escribir, como pasatiempo. ¿El tema? Mmh. A veces viajes, a veces cuentos e historias que nunca saldrán de mi disco duro, a veces vivencias, a veces mis particulares y peculiares ideas sobre una variedad de temas.

A veces, como hoy, no me viene nada a la cabeza.

Sigo a la busca de empleo, pues esto de escribir no deja. Estoy sentado en la cocina de mi departamento. Una taza de café descansa a mi derecha, preparado como lo toman los turcos por accidente: negro como la noche (rara vez le pongo leche o crema), amargo como la muerte (suelo ponerle tantas cucharadas de café instantaneo que alguna vez un escocés con el que trabajaba mencionó que le parecía impresionante que le pusiera tanto Bovril a mi caldo), y dulce como el amor (el azucarero dejó ir como medio kilo en medio segundo). Y no sé que escribir.

Hoy decidí no salir (por lo menos durante el día) pues está nevando desde las seis de la mañana. Así que estoy aquí, llenando y enviando aplicaciones de empleo a diferentes empresas, y tratando de obtener inspiración de algún lado para poder escribir. Si no me viene nada en un rato, tendré que ir a la biblioteca - siempre tengo ideas ahí. Espero haya dejado de nevar.

Estoy poco satisfecho con lo que he tecleado hasta ahora. Pero en enero me dije que iba a hacer público todo lo que escribiera, por lo menos durante 2010. Así que, ahí va.

Si alguien se tropieza con esto por alguna razón, vealo como un ejercicio para calentar dedos y aflojar neuronas. Es su único propósito. Si ya llegaron leyendo hasta acá, quiere decir que están aun menos ocupados que yo - en ese caso, mi recomendación es que se levanten y hagan algo. Incluso un mero divertimiento como este, de aspecto insulso y contenido chato y estéril, puede servir como detonante para algo mejor.

Avante.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario